Tiempo inánime fue mi trabajo final del Máster en Arte Contemporáneo que realicé en la Facultad de Bellas Artes de Pontevedra. La obra es producto de un proceso que adoptó varias formas, siempre bajo la máxima delmemento mori, hasta materializarse finalmente a través de una serie de 6 imágenes digitales que reflejan la experiencia de fotografiar una autopsia. Estas fotografías van acompañadas de una pieza sonora que evoca la vanidad de nuestros anhelos y deseos.

Tiempo inánime trata de aportar a la temática de la muerte recogida en la Historia del Arte una visión de los tiempos que estamos viviendo. Antes de llevar a cabo la obra tuve muy presente la noción de intertexto, ya que creo que nada surge de la nada y la muerte es, sin duda, un tema recurrente en las artes. Considero que es interesante revisar los antecedentes y el contexto en el que se encuadran las obras con la finalidad de conocer las causas que han llevado a múltiples artistas de distintas culturas a interesarse por el tema. Comparto la opinión de la Doctora Iona Heath: “Si apartamos la vista de la muerte también socavamos el placer de la vida. Cuanta menos conciencia tenemos de la muerte, menos vivimos”.

Desde la Biblia hasta su repercusión en la cultura popular contemporánea Satán siempre ha sido considerado como el elemento necesario para comprender la dicotomía divina ya que sin el bien no existiría el mal y viceversa. Partiendo de una visión personal, pero no ausente de tópicos que siempre han funcionado como puede ser la relación entre el demonio y la música, Devil's Blitzkrieg actúa como un catalizador de una fuente de energía primordial admirada y amada por algunos y repudiada y temida por otros. Hasta aquí todos conocemos la historia de la sublevación que terminó con la expulsión del cielo y la condenación eterna, sin embargo, ¿En qué medida nos afecta esta creencia directa e indirectamente?.

He tomado como referencia el luciferismo y satanismo ateísta referidos a la transformación personal que conlleva a la liberación de lo terrenal y a los excesos de lo carnal que a veces culminan en sacrificios. Mediante un asalto visual formado por cuatro imágenes basadas en el simbolismo ocultista y en el lenguaje gráfico de la psicodelia, la obra deambula entre lo sacro profanado y la devoción inversa, o la imposibilidad de poder salir de la celebración a voluntad.